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Turismo

14/10/2020@13:29:35
De la cifra total de pasajeros registrada en septiembre, 5.430.852 correspondieron a pasajeros comerciales, de los que 3.470.957 viajaron en vuelos nacionales, un 56,0% menos que en septiembre de 2019, y 1.959.895 lo hicieron en rutas internacionales, un 89,8% menos. En este sentido hay que señalar que las fronteras y la movilidad con terceros países aún presentan restricciones.

Las cifras y estadísticas son claras: la pandemia del coronavirus ha supuesto un mazazo para el sector turístico, especialmente tras haberse confirmado la temida segunda ola cuando ni siquiera había terminado el verano más atípico que se recuerda. Los confinamientos locales, los cierres de frontera o los PCR se han convertido en conceptos habituales para aquellos que han viajado estos meses, ya sea de forma nacional (o incluso local) o internacional.

Los museos y centros culturales madrileños ofrecen durante el último cuatrimestre del año exposiciones muy interesantes que giran en torno a disciplinas artísticas tan diversas como la pintura, la literatura o la fotografía y que convierten a la ciudad de Madrid un destino cultural de referencia.

Este, sin duda alguna, está siendo un año atípico a nivel global con motivo de la pandemia del coronavirus COVID-19, donde el sector turístico se ha visto enormemente impactado. Sin embargo, a pesar de que todas las previsiones que se auguraban para el verano eran negativas, un volumen importante de las reservas realizadas se ha mantenido y se han generado otras nuevas, sacando a flote a muchos destinos de nuestra geografía.

Todos conocemos pueblos bonitos, tranquilos, donde el tiempo parece haberse detenido, con las casas bien conservadas y con gente acogedora y amable. Los hay a orillas del mar, habitados por unos pocos pescadores que cada noche salen a la mar en sus pequeñas embarcaciones, también los que se arriman a viejas fortalezas o los que se alzan orgullosos en llanuras solitarias...

Aún queda verano y muchos meses más a lo largo del año en que los mayores pueden tener oportunidad de viajar y tomarse unas breves o largas vacaciones. Y este año las personas con mayor edad están más preocupadas que nunca por su salud y por el destino que más les conviene para estar bien...

Debido a la indudable ventaja de su buen clima (578 mm de lluvia al año y una temperatura media de 30ºC/86ºF durante los meses de verano), las Islas Maltesas son idóneas para las actividades al aire libre, y más ahora en plena escalada de contagios por Covid-19 en todo el mundo.

Son muchos los que este verano no podrán salir de Madrid, ya sea por una situación económica complicada tras la crisis provocada por el coronavirus, por precaución, o por miedo a un nuevo confinamiento.

La privilegiada climatología de la isla permite aún chapuzones postveraniegos y, sobre todo, disfrutar de la belleza salvaje de la isla sin prisas ni agobios, con absoluta tranquilidad; como si fuera (casi) solo nuestra.

Las llegadas de turistas internacionales cayeron un 93% en junio en comparación con 2019, según los últimos datos de la Organización Mundial del Turismo, que muestran la grave repercusión que ha tenido la COVID-19 en el sector.

No es ningún secreto que estamos un panorama incierto, que ha llevado a muchos españoles a quedarse en casa resguardados de un virus del que aún no hay cura y que continúa en ascenso en España. Sin embargo, las pérdidas económicas así como las primeras cifras que nos llegan de uno de los destinos turísticos por excelencia preocupan...

Viajar es uno de los mayores placeres de los que disfrutamos en España y este verano toca “viajar en casa”. Nuestro país ofrece infinitas opciones de escapadas para rematar lo que nos queda de verano y con increíbles paisajes que los más aficionados podrán fotografiar y compartir en Instagram.

Una de las islas más fascinantes del archipiélago canario es, sin duda, Lanzarote. Nada más poner un pie en su territorio, llaman la atención los colores inconfundibles de sus paisajes volcánicos que contrastan con el azul del Atlántico.

En los últimos años, amplias regiones de nuestra geografía han visto su población considerablemente reducida. Esto ha propiciado también un ambiente más íntimo, tranquilo y sin concentraciones masivas en numerosas localidades que se convierten, así, en los destinos perfectos para una escapada lejos del ajetreo y el bullicio de la ciudad.